Pilotis: son elementos verticales que permiten elevar el edificio respecto del suelo aprovechando una mayor parte del espacio.
Planta libre: gracias a la presencia de los pilotis podemos hacer un recorrido entre ellos proporcionándonos una mayor libertad a la hora del movimiento.
Ventana corrida: consiste en la colocación de un conjunto de ventanas de forma continua que ocupe la mayor parte del piso en la fachada. A diferencia de lo que decía Wright, Le Corbusier no elimina las esquinas olvidando el concepto de caja, en este edificio.
Fachada libre: gracias a la presencia de los pilotis, el extremo de los pilotis no coincide con el extremo de la fachada (separación de color verde), lo que permite que la fachada este volada y permita la presencia de terrazas.
Terraza jardín: este punto nos permite la utilización de la terraza como una habitación más del recinto, ya sea tapada o no. A esta terraza se puede acceder mediante el último piso o accediendo con unas escaleras que conectan la plata baja con la terraza directamente.
Como en la mayoría de sus obras, este autor suizo no deja de presenciar las formas curvas en sus obras, como se puede ver también en la Villa Savoya o en el otro recinto construído por el en la Weissenhoff de Stuttgart.
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